Aprender IDIOMAS y SOSTENIBLIDAD
¿En qué te hace pensar la palabra sostenibilidad?
La mayoría de las personas seguramente la asocia al color verde y a temas relacionados con el medioambiente. Pensamos rápidamente en cómo actuar para ser respetuosos con nuestro entorno natural. Que si consumir menos agua (especialmente en un verano tan seco como el que hemos pasado este año), que si reciclar, que si usar nuestras propias bolsas en lugar de bolsas de plástico…
¿Te resulta familiar?
Según la Organización de las Naciones Unidas, “sostenibilidad es satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.
Para ello, la clave está en CÓMO hacemos las cosas para generar un mayor impacto positivo en nuestro alrededor, minimizando el impacto negativo que compromete nuestro presente y futuro.
Las tres dimensiones de la sostenibilidad
Esta manera de hacer las cosas y las decisiones que tomamos a diario cada uno de nosotros en pro de la sostenibilidad deben englobar otras áreas tan importantes como la ambiental.
En efecto, hay tres dimensiones claras a tener en cuenta para un desarrollo sostenible:
- La dimensión ambiental: transición verde, descarbonización, compensación, economía circular, lucha contra el cambio climático…
- La dimensión social: cohesión social, integridad, igualdad, oportunidades, dignidad.
- La dimensión económica: eficiencia, productividad, rentabilidad, buena gestión.
Las tres áreas se complementan y nutren en búsqueda de hacer más con menos, fomentando el bienestar de todas las partes implicadas, sin dejar a nadie atrás y trabajando en aras de un mundo mejor.
Si por un momento te ha chirriado ver la economía y el tan anhelado como detestado señor dinero en esta relación, resulta innegable que ambos juegan un papel fundamental en la sostenibilidad. Sin dinero, sin ganancias, sin beneficios, las empresas no son sostenibles en el tiempo. ¿Lo es acaso el particular? De nuevo, lo que hace la diferencia es CÓMO se genera.
El 25 de septiembre de 2015, los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible para los siguientes 15 años.
La siguiente imagen recoge los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que giran en torno a las personas, la paz, la prosperidad, el planeta y alianzas globales.
Para alcanzar estas metas en los algo menos de ocho años que tenemos por delante en la llamada Agenda 2030, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y personas como tú y yo.
Sí.
La sostenibilidad aplica a cualquier parte. Uno puede estar tentando de pensar que los objetivos de desarrollo sostenible de arriba aplican a comunidades vulnerables de ciertos continentes. Sin embargo, no es así. No hace falta irse lejos. El mundo rural, en el que tengo la suerte de vivir, con todos los desafíos que afronta y con todas las oportunidades que nos aporta, necesita de nuestras acciones sostenibles como agua de mayo.
Acciones a favor de la sosteniblidad en las distancias cortas
¿Cómo pasamos de la teoría a la práctica en nuestro día a día?
¿Cómo convertimos buenas intenciones en acciones en las distancias cortas?
Veamos algunos ejemplos para las tres dimensiones al alcance de todos:
Empecemos por la dimensión ambiental, que quizás resulte la más evidente. Aquí podemos aplicar una pregunta que resulta muy clara a la hora de tomar decisiones que puedan comprometer nuestro entorno: ¿elijo mi comodidad o el medio ambiente? Podemos calcular nuestra huella de carbono (los gases contaminantes que se generar en nuestro hogar, estilo de vida, uso de transporte) y compensarlo con, por ejemplo, un voluntariado ambiental (limpieza de caminos, bosques, zonas comunes). Por otra parte, un consumo responsable, local que minimice el comprar por comprar y los deshechos. Aplicar la economía circular que busca dar una nueva vida a aquello que ya no usamos, dando sentido a estas 5 R: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.
Sigamos con la dimensión social. En primer lugar, el fomento de hábitos saludables (alimentación, ejercicio físico) es una acción para ser sostenible. Tan fácil en el pueblo con los huertos y los infinitos caminos a nuestra disposición. Promover y exigir la seguridad y salud en el trabajo. También la conciliación personal, familiar y profesional de los trabajadores, de los autónomos. Impulsar la igualdad de oportunidades ayudando a las personas en riesgo de vulnerabilidad social. Mentorizar a jóvenes y no tan jóvenes para que aprendan oficios y desarrollen capacidades que les permitan acceder al mundo laboral. Acompañar a nuestros mayores para que no se sientan solos ni vulnerables.
Por último, en la dimensión económica, podemos llevar a cabo acciones tanto como empresarios/emprendedores como consumidores. Algunos ejemplos son compartir los valores, la misión y la visión del negocio, exigir ética y transparencia, prácticas de marketing y etiquetaje claras y sin engaño, aplicar innovación y creatividad, facilitar canales de comunicación y atención al cliente de fácil acceso y uso.
Otra acción en esta dimensión es generar, publicar y consumir contenido relacionado con acciones sobre sostenibilidad, sobre los objetivos de desarrollo sostenible.
Como ves, con esta publicación, tanto tú que la lees como servidora publicándola estamos apostando por la sostenibilidad al darle difusión.
¿Quieres más ideas?
Aquí tienes la guía ‘170 acciones diarias para transformar nuestro mundo‘, publicada en la iniciativa Haz posible el cambio de Naciones Unidas, que propone 170 ideas para incorporar en nuestro día a día los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la ONU.
Aprender IDIOMAS y sostenibilidad
Dentro de las 170 acciones que encuentras en la guía de arriba, las Naciones Unidas han incluido aprender un idioma.
¿No te parece fantástico?
A mí me encantó encontrarlo y me pareció muy adecuado.
Aprender idiomas es una acción a favor de la sostenibilidad porque nos permite acceder a nuevas culturas, a otras comunidades, a otras personas.
También a información disponible en otros idiomas, especialmente en inglés, que nos ayuda en nuestro desarrollo personal y profesional.
Como sabes, los idiomas tienen un efecto multiplicador en nuestras vidas.
¿Lo tienen en la tuya?
Si quieres aprender un idioma y no sabes por dónde empezar, te recomiendo que mires la Consultoría Idiomas Exprés.
Está creada especialmente para fijar los elementos clave para aprender un idioma: mentalidad, foco y metodología.
“Habla una nueva lengua para que el mundo sea un nuevo mundo” (Rumi).
¡Brindemos por el desarrollo sostenible gracias a los idiomas!
Gracias por llegar hasta aquí.
Un abrazo,
Paloma
Notas aclaratorias:
Este contenido corresponde a la charla que tuve la oportunidad de dar en la jornada sobre sostenibilidad acaecida en Erla (Zaragoza), el 28 de mayo de 2022.
Este artículo está escrito con voluntad de hacer uso del lenguaje de forma inclusiva en cuanto a género. Consciente de la importancia de la relevancia de la utilización de un lenguaje no sexista, los sufijos relativos al género no aparecen en la redacción de este artículo con el exclusivo fin de facilitar y agilizar su lectura.
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