Es un placer compartir contigo mi experiencia aprendiendo japonés.
Con dos objetivos (bueno, tres):
- Ayudarte a identificar elementos de tu propia experiencia con el idioma que estés aprendiendo.
- Mostrarte que también los que amamos los idiomas y tenemos experiencia con varios pasamos por momentos de duda y desmotivación.
- Plasmar en palabras la emoción que siento ahora cada vez que me pongo a aprender japonés.
Empecé a estudiar japonés en agosto de 2020.
Me ha sorprendido ver qué ha pasado tanto desde que empecé.
Tantas cosas en la esfera personal y profesional en este tiempo.
Para entonces, compartí varias publicaciones en LinkedIn e Instagram al respecto, que transcribo aquí.
- Cómo he empezado a aprender japonés.
Hace tiempo que quiero aprender japonés, para descubrir su cultura a través del idioma.
Además de conocer de primera mano la experiencia de sumergirme en un idioma con una escritura totalmente diferente. En concreto, 3 escrituras clásicas y una de transcripción.
Este mes de agosto he empezado y es ¡una pasada!
Estos han sido mis inicios.
El primer paso, definir la MOTIVACIÓN DE LANZAMIENTO:
- Ampliar mis conocimientos como coach de idiomas para ayudar mejor a mis clientes.
- Conocer cultura y tradiciones niponas para otro proyecto.
El segundo, definir la MOTIVACIÓN DE PROPULSIÓN para ponerme en acción:
- Buscar una fórmula fácil y accesible para aprender a mi ritmo y en cualquier sitio.
- Conectar con lo que más me gusta: APRENDER descubriendo un idioma.
- Definición de objetivos.
¿Qué es lo más inmediato para lo que te estás preparando con un idioma?
La definición de objetivos suele ser uno de los mayores desafíos con los idiomas. A menudo, el gran olvidado.
Diferenciar deseo de objetivo y ajustar las expectativas es crucial para evitar frustraciones y decepciones en un futuro más o menos próximo.
Aquí un ejemplo práctico, con el japonés.
Como no necesito hablarlo para mi trabajo, para mantener mi motivación y poder validar mi progreso, me he fijado el siguiente objetivo inmediato en un CONTEXTO REAL:
- Ser capaz de saludar y pedir en un restaurante japonés.
Me he puesto un plazo generoso, unos cuatro meses. No quiero que sea de memoria, sino que salga más o menos natural. He ajustado la expectativa en relación al tiempo que le dedico y a la dificultad del idioma.
- Proceso y recursos
¿Qué criterios sigues para prepararte para los objetivos que te marcas con los idiomas?
¿Sabes aprovechar bien los recursos que eliges? ¿Es útil lo que haces?
En mi caso, opté por una aplicación para iniciarme con el japonés.
La primera que elegí no fue acertada. A los pocos días me di cuenta de que el sistema era demasiado difícil para un idioma como el japonés donde no entiendo ni la escritura. Sin explicaciones ni traducción, solo con fotos, no era posible entender bien lo que hacía.
Así que busqué otra aplicación que me permitiera:
- Entender lo que hago, al apoyarme en otro idioma (inglés) y empezar focalizada en los tres tipos de escritura.
- Tener acceso fácil.
- Entretenerme a la vez que aprendo. Ágil, amena y atractiva.
- Poner atención plena por bloques breves, pero intensos, con repetición constante para fijar conocimientos.
Esta aplicación me resulta útil porque me permite:
- Conocer y familiarizarme el idioma.
- Avanzar paso a paso.
- Preparar el vocabulario y estructura para el restaurante (objetivo inmediato)
Pronto tocarán otros recursos para tener mayor exposición y asentar la caligrafía.
¿Cuáles son tus criterios para elegir tus recursos (aplicaciones, profesor, audiovisual, …)?
- Resultados y motivación
¿Qué resultados obtienes de tu formación en idiomas?
¿Tienes retorno en tu contexto real, al poder aplicar lo que trabajas?
Una de las situaciones que más se repite en los profesionales que me consultan y trabajan conmigo es una disociación entre el tiempo que dedican al idioma y los resultados palpables que tienen a la hora de llevarlo a la práctica en el contexto real donde lo necesitan.
Y… ¡no!
No necesariamente porque le dediquen poco tiempo.
Sino que lo hacen sin estrategia.
Calibrar los resultados es fundamental para:
- Verificar que se avanza en la dirección que se quiere.
- Llevar a la acción los objetivos marcados y ver qué áreas de mejora puede haber.
- Hacer reajustes en los objetivos y proceso si necesario.
- Alimentar la motivación gracias a la satisfacción de ver que avanzas.
En mi caso, como ir al restaurante es un objetivo a unos meses vista, voy calibrando los resultados casi a diario, que es el contacto que tengo con el japonés:
¿Disfruto? ¿Entiendo más que ayer? ¿He aprendido/confirmado algo nuevo hoy?
Cuéntame, ¿cómo calibras tus resultados? ¿capitalizas el tiempo que le dedicas?
- Recompensa
¿Cómo te recompensas cuando realizas los objetivos que te vas marcando con los idiomas?
Fíjate que he usado realizar y no conseguir.
El primer paso es hacerlo, atreverte, permitirte ese nuevo paso que amplía tu zona segura.
Si marcas bien los objetivos y sabes prepararte, los resultados vienen seguro. Pasas así a realizar y conseguir lo que te propones.
Una vez hecho, ¿cómo te recompensas? Porque esto no es un tema baladí.
Para alimentar tu motivación, la recompensa es un macronutriente esencial.
Tu cerebro necesita que le reconozcas y premies el esfuerzo.
En mi caso, con el objetivo de ir al restaurante, tengo un dos por uno. Objetivo y recompensa.
Ya sé qué me voy a pedir de postre.
- Conexión
¿Desconectas para conectar gracias a tu formacion de idiomas?
Conectar con uno mismo es un elemento clave cuando aprendes un idioma.
Algunos ejemplos reales:
🎨 Un cliente conecta con su parte más creativa como diseñador.
✈️ Otro conecta con la parte social que le permite afianzar sus negociaciones cuando visita a sus clientes.
😍 Yo conecto con disfrute y satisfacción al descubrir cada día algo nuevo en japonés.
¿Qué emociones te generan las lenguas?
¿Las vives como obligación o es un momento para dedicarte a ti?
¿Qué te permiten aprender de ti cuando te ves expuest@ a ellas?
Lejos de ser una tortura o carga, un idioma es un vehículo que te abre infinitos horizontes, internos y externos.
¿Vas a su encuentro? ¿Sabes cómo aprovecharlos?
Si no es así y quieres, te recomiendo la Consultoría Idiomas Exprés. Es perfecto para esto.
Todo esto estaba muy bien planificado y avanzaba tranquilamente.
Hasta que cambié de residencia (de la ciudad a un pueblo de menos de 100 habitantes) y lo aparqué.
Cuando lo retomé, lo hice siguiendo un método recomendado y al poco tiempo me di cuenta de que, de golpe y porrazo, ya no parecía encontrar el momento para ponerme.
Me justifiqué a mí misma que no tenía tiempo.
¿Te resulta familiar?
Te pones esta excusa y te quedas medio tranquila.
Hasta que empezó a oscurecer pronto y me encontraba que a las 18 horas ya estaba en casa de vuelta del paseo con los perros.
Pues resulta que ahora, si no tengo sesiones con clientes, sí que tengo tiempo.
¿Qué necesito entonces para recuperar las ganas/motivación de ponerme con el japonés? ¿Qué había fallado para que perdiera la ilusión cuando me ha gustado siempre tanto aprender idiomas?
Analicé las preguntas del apartado de arriba relacionado con resultados:
¿Disfruto? ¿Entiendo más que ayer? ¿He aprendido/confirmado algo nuevo hoy?
¡Y me di cuenta!
Estaba centrando la aproximación al idioma con un método que no funcionaba para mí.
No para lo que más me gusta cuando aprendo un idioma.
Una sensación mágica: la que siento cuando empiezo a ver palabras, las reconozco y entiendo.
Te lo explico en este vídeo:
Nota correctiva: en el vídeo hablo de “símbolos” cuando quiero decir los caracteres de la escritura japonesa que se basa en tres sistemas de escritura: el hiragana, el katakana y el kanji.
Los dos primeros corresponden a silabarios fonéticos formados por unos 100 sonidos en los que cada sonido está representado por un carácter.
El Kanji es mucho más completo ya que está formado por más de 30000 ideogramas.
Sin duda, el japonés es un idioma apasionante. Te desafía a todos los niveles y ejercita las neuronas que es una maravilla.
Después de ese vídeo, aún hice algún ajuste que me permite estar en contacto con el japonés todos los días y disfrutarlo.
¿Cómo?
Así.
Mi sistema para aprender japonés
- Material adaptado a mi nivel
- Fácil acceso desde cualquier lugar
- Centrado en el aprendizaje a partir de frases básicas
- Centrado en ser capaz de leer y escribir en hiragana y katakana.
Para ello, he decidido trabajar con Duolingo en lugar de Assimil.
Assimil tendrá sentido para mí cuando me acerque a un nivel B1.
Hasta ahora prefiero utilizar Duolingo y Japanesepod101.com como apoyo.
Duolingo me engancha por los retos y las lecciones para practicar la escritura.
Creo que esta aplicación ha mejorado mucho. Ya no es tan “aburrida” por la repetición.
Intento aprovecharla al máximo gracias a:
- Lo tengo todo en japonés (no hay soporte para romaji, alfabeto latino)
- Primero produzco oralmente las frases a traducir del inglés al japonés y luego compruebo.
- Intento escuchar una sola vez las frases para mejorar mi comprensión auditiva (y empujarme y motivarme)
- Elimino el sonido y leo para entender las frases para comprobar mis conocimientos de hiragana y katakana.
- Japanesepod101 me ayuda a comprobar todo lo que ya sé y a entender mejor el idioma con la explicación del profesor.
Creo que esta combinación me viene muy bien, aunque es cierto que es más sencilla que la práctica intencionada ya que casi todo sucede en mi móvil.
De vez en cuando apunto vocabulario en un cuaderno.
Y hablo conmigo mismo en japonés.
Siento que estoy aprendiendo y, lo que es más importante, me encanta dedicar tiempo cada día a aprender.
Suelo hacerlo al final de la jornada porque es mi “momento de desconexión” del día.
También aprovecho algunos momentos en los que puedo combinar cualquier cosa con el idioma y escuchar Japanesepod101 o algún canal de YouTube.
¡Me encanta el japonés!
Y me encanta ayudarte a ti a tener una experiencia positiva con los idiomas.
¡Felices idiomas!
No. No es una prueba de nivel. Es una nueva oportunidad para medir cuánto aprovechas tus conocimientos y CONSEGUIR TUS METAS PROFESIONALES de una vez por todas.
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