En el artículo de hoy vamos a ver dos dos mitos de la neurociencia aplicados al aprendizaje de idiomas inspirados en el siguiente paper:
La neurociencia aplicada en el ámbito educativo. El estudio de los neuromitos.
Autores:
Marta Medel Montero (Centro Universitario Internacional de Madrid, España)
José Antonio Camacho Conde (Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Internacional de la Rioja, España).
Primero, si te parece, hablemos un poco sobre la neurociencia aplicada a la educación.
Es decir, la neuroeducación.
Neurociencia aplicada al aprendizaje: Neuroeducación
La neurociencia aporta una valiosa perspectiva al mundo del aprendizaje al ofrecer un enfoque científico para comprender cómo funciona el cerebro y cómo se adquieren nuevos conocimientos. Este campo multidisciplinario se dedica al estudio del sistema nervioso y abarca diversas áreas como la neuroanatomía, neurofisiología, neurofarmacología y neuroquímica, entre otras. Al entender la complejidad del cerebro de manera integrada, obtenemos una visión más completa de los mecanismos que regulan las reacciones nerviosas y el comportamiento cerebral.
La neuroeducación es una disciplina innovadora que se fundamenta en el funcionamiento del cerebro para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Esta perspectiva integradora combina conocimientos de la Neurociencia, la Psicología, la Pedagogía y la Sociología con el objetivo de comprender cómo adquirimos conocimientos y mejorar la calidad de la educación.
Al unir estos campos de estudio, la neuroeducación busca utilizar los avances científicos sobre el cerebro y la forma en que aprendemos para diseñar estrategias educativas más efectivas y adecuadas a las distintas culturas y contextos. Su enfoque se basa en el conocimiento de cómo el cerebro procesa la información, cómo se forman las conexiones neuronales y cómo las emociones influyen en el aprendizaje.
La finalidad última de la neuroeducación es optimizar los procesos de enseñanza y aprendizaje para que los estudiantes desarrollen habilidades cognitivas, emocionales y sociales de manera más significativa y duradera. Al aprovechar la comprensión de cómo el cerebro funciona en la adquisición de conocimientos, se busca potenciar el rendimiento académico y el desarrollo integral de los estudiantes.
El proceso de aprendizaje es esencial para la supervivencia humana y ha sido un factor clave en el desarrollo y evolución de nuestra especie. A través de la neurociencia, hemos podido descubrir que el aprendizaje va más allá de la simple memorización y repetición de información. La curiosidad y las emociones juegan un papel fundamental en la adquisición de nuevos conocimientos. Las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente vinculadas, lo que destaca la importancia de crear un ambiente educativo equilibrado y motivador.
En el ámbito de la educación, la neurociencia ha demostrado que los niños aprenden de manera más efectiva cuando se les permite explorar y experimentar en un entorno activo y dinámico. Durante los primeros años de vida, es crucial que los niños tengan contacto con la naturaleza y que no se les obligue a permanecer sentados durante largos períodos, ya que estas experiencias nuevas son fundamentales para el desarrollo del cerebro. A medida que los niños crecen, se vuelven más receptivos a diferentes tipos de aprendizaje. Por ejemplo, entre los 10 y 12 años, el cerebro está más abierto a la adquisición de aptitudes, mientras que en la adolescencia, las emociones juegan un papel preponderante y es esencial considerar este aspecto en el modelo educativo.
La emoción es un factor clave en el proceso educativo, ya que despierta el interés y la atención de los estudiantes. La forma en que se enseña un tema puede influir en cómo se procesa y retiene la información en el cerebro. Elementos como la sorpresa y la ruptura de patrones monótonos pueden favorecer el aprendizaje, ya que estimulan la actividad de la amígdala, una parte primitiva del cerebro asociada a la consolidación de recuerdos.
La neurociencia también ha revelado que el cerebro no es estático y que existen periodos críticos en los que el aprendizaje se favorece más. Por ejemplo, el cerebro está especialmente receptivo para aprender a hablar desde el nacimiento hasta los siete años. Aunque la plasticidad cerebral permite seguir aprendiendo en etapas posteriores, esta predisposición temprana sugiere la necesidad de replantear el sistema educativo para aprovechar estos periodos de mayor receptividad.
Veamos ahora dos de los siete neuromitos que encuentras en el paper de arriba y que aplican muy bien al aprendizaje de idiomas (para el resto de neuromitas, accede con el enlace de arriba).
Neuromito 1: Pasar más horas en la escuela significa más aprendizaje
El mito de que pasar más horas en la escuela implica un mayor aprendizaje ha sido desmentido, afortunadamente, por los avances en neurociencia.
En la actualidad, se ha demostrado que el aprendizaje no se limita únicamente al horario establecido en las aulas escolares. Los conocimientos y experiencias de los alumnos se nutren de diversos entornos y contextos en los que se desenvuelven, trascendiendo los límites físicos de la escuela. Es importante concebir el aula como una extensión del hogar y de la sociedad, un espacio donde conviven y trabajan aspectos significativos y prácticos para la vida cotidiana.
A pesar de esto, en muchas ocasiones persiste la creencia de que cuanto más tiempo pasen los alumnos en la escuela, más aprenderán. Sin embargo, la realidad es diferente, ya que se ha comprobado que la cantidad de tiempo no es necesariamente proporcional al aprendizaje logrado. En lugar de enfocarse en la cantidad de horas, se debe dar prioridad a la calidad del tiempo dedicado al aprendizaje.
Los estudios han revelado que el tiempo de atención de los alumnos es limitado y va disminuyendo con el paso del tiempo. Se estima que el tiempo atencional efectivo de los estudiantes no alcanza los 50 minutos. Esto significa que, después de este periodo, la capacidad de concentración y retención de información se ve afectada significativamente. Por lo tanto, prolongar las clases más allá de este tiempo óptimo no necesariamente conduce a un aprendizaje más eficiente.
Francisco Mora, un experto en neurociencia, destaca la importancia de reconocer estos límites de atención y adaptar la duración de las clases en consecuencia. Es recomendable que los periodos de enseñanza se ajusten a los intervalos de atención efectiva de los alumnos, priorizando la calidad de la instrucción en lugar de buscar extender la jornada escolar sin considerar las necesidades cognitivas de los estudiantes.
Aplicado a los idiomas, recuerdo que, cuando estaba en Berlitz, contabilizábamos las unidades de clase por sesiones de 45 minutos, porque era el tiempo que se consideraba que se mantenía la atención. Cuadra perfectamente con lo expuesto.
Las diferentes propuestas en la enseñanza de idiomas han llevado la retención de la atención a sesiones aún más breves, como 25 o 26 minutos, especialmente para las formaciones que son virtuales (teléfono u ordenador).
Aquí aplica perfectamente el criterio de calidad versus cantidad. Esa sesión, bien aprovechada, puede resultar muy productiva.
Porque, de nuevo, lo que va a hacer la diferencia es el tiempo que dedicas fuera del aula para su preparación. Te recomiendo este artículo sobre la Ley de Pareto donde hablamos de este tema.
La exposición al idioma en el mundo real es un aspecto clave que nos va a ayudar a tener una exposición integrativa que potencia nuestra dedicación.
Recuerda, por supuesto, poner atención e intención para dar calidad al tiempo que dedicas al idioma.
Neuromito 2: Para lograr un aprendizaje es necesario salir de nuestra zona de confort
Aunque salir de nuestra zona de confort es altamente recomendable para nuestro desarrollo personal y profesional, la neurociencia nos indica que no es un requisito indispensable para lograr aprendizajes significativos.
De hecho, el gozo intelectual es señalado como el mejor modo de aprender, siendo este el sentimiento que experimentamos cuando comprendemos y adquirimos nuevos conocimientos de manera placentera (Wagensberg: 2007). Lo vemos un poquito más abajo porque es muy interesante.
Es importante tener en cuenta que cada individuo tiene su propia manera de aprender y que las experiencias educativas que generan emociones positivas y placenteras pueden tener un impacto significativo en la retención de la información y la motivación para seguir aprendiendo.
Respecto a salir de la zona de confort cuando aprendemos idiomas, algo que siempre trabajo con los clientes en mis servicios es ver qué es lo primero que pueden hacer con el idioma que sea lo más cómodo dentro de la incomodidad que nos puede generar salir de la zona de confort.
Siempre hay algo.
Estas pequeñas acciones que permiten ampliar nuestra zona de confort proporcionan oportunidades únicas para el crecimiento personal y la adquisición de nuevas habilidades.
Así lo hacen también el gozo intelectual y el asombro incluso sin necesidad de salir de la zona de confort, en situaciones que son más familiares y cómodas para el estudiante.
¡Vamos a verlo!
El Gozo Intelectual
La teoría del Gozo Intelectual de Jorge Wagensberg es una concepción que destaca la importancia del placer y la emoción positiva en el proceso de aprendizaje y comprensión de conocimientos. Wagensberg fue un científico, escritor y divulgador español, especializado en física teórica y epistemología, y sus ideas sobre el gozo intelectual se plasmaron en su libro-ensayo “El Gozo Intelectual” publicado en 2007 por la editorial Tusquets.
Jorge Wagensberg denomina “gozo intelectual” a la experiencia que se produce en el preciso instante de una nueva comprensión o intuición. Según su perspectiva, comprender, en el contexto científico, implica formular preguntas a la naturaleza con el propósito de anticipar lo que aún no ha ocurrido. Es en este proceso de búsqueda y descubrimiento donde surge el placer intelectual, al desvelar aspectos desconocidos y obtener una visión más profunda de la realidad. La ciencia se convierte así en un camino emocionante hacia la comprensión del mundo, enriqueciendo el conocimiento y propiciando una satisfacción intelectual única.
La esencia de la teoría del gozo intelectual es que cuando una persona experimenta un verdadero placer intelectual al comprender algo, este sentimiento de disfrute y satisfacción se convierte en un poderoso estímulo para el aprendizaje. Según Wagensberg, el aprendizaje más efectivo y duradero se produce cuando el individuo encuentra placer en el proceso de adquirir nuevos conocimientos y comprender conceptos complejos.
Este gozo intelectual se manifiesta cuando una persona se enfrenta a una pregunta intrigante, un problema desafiante o una situación en la que necesita descubrir una respuesta por sí misma. El placer surge al lograr una nueva comprensión, una solución ingeniosa o una percepción más profunda de la realidad. Este proceso de indagación y descubrimiento activa el interés y la curiosidad, lo que estimula al cerebro a estar más receptivo y comprometido con el aprendizaje.
Desde la perspectiva de la neurociencia, el gozo intelectual tiene bases neurológicas, ya que está asociado con la liberación de neurotransmisores como la dopamina, que están relacionados con las sensaciones de recompensa y bienestar. Estos estados emocionales positivos facilitan la consolidación de la memoria y el almacenamiento de la información en el cerebro.
La teoría del gozo intelectual resalta la importancia de crear entornos educativos en los cuales los estudiantes se sientan motivados y emocionados por aprender. En lugar de enfocarse únicamente en la memorización y la repetición de información, se busca fomentar la curiosidad, el pensamiento crítico y la exploración activa. De esta manera, se promueve un aprendizaje más profundo y significativo.
Las tres fases del gozo intelectual
En lo que acabamos de leer sobre la teoría de Jorge Wagensberg, podemos reconocer las tres fases del gozo intelectual:
EL ESTÍMULO
Esta es la primera fase en la que se inicia el proceso cognitivo. Aquí, se despierta la curiosidad y el interés hacia un tema o problema específico, lo que impulsa la búsqueda de conocimiento.
Corresponde a la fase de la pregunta. La pregunta es el motor que impulsa la búsqueda de conocimiento y marca el inicio del proceso de gozo intelectual.
LA CONVERSACIÓN
En esta fase, se establece un diálogo con la realidad, ya sea a través de la observación y experimentación directa o mediante la reflexión y el intercambio con otros, como profesores, compañeros o alumnos. La conversación con la realidad y con los demás enriquece el proceso de conocimiento y permite obtener diferentes perspectivas y puntos de vista.
En esta fase de búsqueda y descubrimiento, nos embarcamos en la exploración y la búsqueda de respuestas a la pregunta planteada. Es un período de indagación, investigación y reflexión activa. Durante este proceso, el individuo experimenta una sensación de satisfacción y placer cada vez que avanza en su comprensión del tema o resuelve el enigma. El descubrimiento de nuevas ideas o conceptos se convierte en una fuente de gozo intelectual.
LA COMPRENSIÓN Y LA INTUICIÓN
Esta última fase representa “el clímax” de todo proceso creativo. Aquí es donde se alcanza una nueva comprensión o intuición, revelando aspectos antes desconocidos o una perspectiva más profunda de la realidad.
Es en esta fase decisiva donde se experimenta el “gozo intelectual”, una sensación única de satisfacción y plenitud al lograr una nueva comprensión o intuición significativa.
La sensación de satisfacción y realización es intensa y puede llevar al individuo a seguir buscando nuevas preguntas y desafíos intelectuales.
Estas tres fases del gozo intelectual forman un ciclo que puede repetirse una y otra vez en el proceso de aprendizaje y comprensión. La teoría de Wagensberg enfatiza que este proceso de disfrutar del conocimiento y encontrar placer en la adquisición de nuevos aprendizajes es esencial para un aprendizaje más profundo y significativo. Fomentar el gozo intelectual en el ámbito educativo puede motivar a los estudiantes a explorar, cuestionar y aprender de manera más efectiva.
Esta perspectiva ha tenido un impacto significativo en la educación, al resaltar la importancia de emocionarse y disfrutar con el conocimiento para potenciar la experiencia educativa.
¿Cómo aplica a los idiomas?
Creo que he comentado en más de una ocasión que uno de los momentos más mágicos en mi vida han estado relacionados con el momento “eureka” con los idiomas. Ese día que te das cuenta de que empiezas a entender lo que lees y, sobre todo, cuando te hablan.
Es una sensación mágica.
También lo es cuando me surge una duda sobre algo (incluso algo tan simple como una duda de cómo se dice algo en el idioma que me interese). Esa curiosidad, ese descubrir algo, es espectacular. Como lo es cuando te explican y aprendes algo. O cuando sacas un problema de mates o un problema con WordPress y al final consigues lo que quieres hacer.
Resulta que este proceso se conoce como el gozo intelectual.
Me encanta.
¿Y a ti?
Para conseguirlo con los idiomas, es fundamental desarrollar esa curiosidad, ese interés y esa motivación. Que va a venir, por un lado, al obtener resultados (sentir que se avanza). Por el otro, de cómo tengamos trabajado nuestro filtro afectivo y la ansiedad lingüística que nos puede generar vernos expuestos a un idioma en el que se pierde sensación de control, uno se siente vulnerable, juzgado, criticado y un largo etcétera.
Por lo tanto, por favor, si no estás disfrutando en absoluto o como te gustaría tu experiencia con los idiomas, detente un momento y analiza qué es lo que está sucediendo. Qué elementos están presente y qué calidad tiene el tiempo que dedicas al aprendizaje de idiomas.
Si no sabes cómo hacerlo, escríbeme y me cuentas tu situación.
Por otra parte, aplica también esto:
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Despierta tu curiosidad: en la fase del estímulo, es fundamental despertar y, sobre todo, mantener tu curiosidad hacia el idioma que estás aprendiendo. Busca situaciones interesantes, historias intrigantes o preguntas provocativas relacionadas con el idioma y la cultura que capten tu atención y estimulen tu interés.
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Fomenta la interacción con la realidad: aplica la fase de la conversación mediante la interacción activa con el idioma. Busca oportunidades para practicar el idioma en situaciones reales, como a través de ejercicios de escucha y habla, actividades de rol, juegos de simulación, conversaciones con hablantes nativos o inmersión en ambientes donde se hable el idioma. Incluso utilizando inteligencia artificial como ChatGPT.
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Promueve la comprensión y la intuición: para alcanzar la fase de la comprensión y la intuición, debes desarrollar una comprensión profunda del idioma. Aprende patrones y estructuras gramaticales de manera significativa, relacionándolas con situaciones y contextos cotidianos. Fomenta la inmersión en la cultura del idioma, como la música, películas, literatura y tradiciones para desarrollar una comprensión más intuitiva del idioma.
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Crea un ambiente placentero y motivador: para favorecer el gozo intelectual en el aprendizaje de idiomas, es importante que crees un ambiente educativo placentero y motivador. Utiliza enfoques lúdicos, actividades dinámicas y materiales interesantes que te generen emociones positivas y disfrute al aprender tu idioma objetivo.
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Fomenta tu autonomía: toma el control de tu aprendizaje y establece tus propias metas y objetivos, lo que te ayudará a aumentar tu sentido de logro y satisfacción. Busca y explora tus intereses particulares dentro del idioma y asume un rol activo en tu proceso de aprendizaje. Esto es FUNDAMENTAL. No eres la parte pasiva del aprendizaje en el aula, por ejemplo, sino la parte activa. Y recuerda serlo fuera del aula. en el mundo real.
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Celebra tus logros y avances: reconoce y celebra los progresos que haces (porque haces, eso seguro) para reforzar el gozo intelectual y mantener tu motivación. Celebra pequeños logros, como aprender nuevas palabras, dominar una estructura gramatical o comunicarte exitosamente en situaciones cotidianas y reales, como en redes sociales, en correos electrónicos, en la calle si te piden una dirección. Hay tantas situaciones. ¡Búscalas porque te van a ayudar a tener esta sensación de satisfacción y recompensa!
En resumen, aplicar la teoría del gozo intelectual y las tres fases del acto de conocer al aprendizaje de idiomas implica despertar la curiosidad, fomentar la interacción con el idioma en situaciones reales, promover una comprensión profunda e intuitiva y crear un ambiente placentero y motivador. Al hacerlo, mejoras tu experiencia de aprendizaje y aumentas la satisfacción y el entusiasmo por aprender un idioma extranjero.
¿Te suena a misión imposible?
Esto es entonces para ti: Consultoría Idiomas Exprés
¿Qué te ha parecido este nuevo artículo, los dos mitos y, sobre todo, la teoría del gozo intelectual?
Te leo en los comentarios.
¡Felices idiomas!
Imagen cortesía de Canva
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