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¿Don especial para los idiomas?

¿DON especial para los IDIOMAS?

¿Te preguntas si hace falta un don especial para los idiomas?

A menudo, cuando comento que estoy aprendiendo mi octavo idioma (bueno, séptimo si descontamos el nativo, el castellano), los ojos de mi interlocutor se abren como platos.

Es verdad que a mí misma también me maravilla cuando veo a políglotas que hablan más de 10 o 15 idiomas.

¡Es impresionante!

Es fácil que nos hagamos la siguiente pregunta: ¿se requiere un don especial?

Sinceramente, creo que no. 

No es mi caso, desde luego. 

Así que, si creías que lo necesitabas, puedes respirar tranquilamente porque no es así.

¿Qué hace falta entonces?

Es justo lo que vamos a ver en este artículo.

¡Empezamos!

Habilidades para aprender idiomas

Es verdad que algunas personas parecen tener una habilidad natural para aprender idiomas, mientras que a otras personas les resulta más difícil.

Muchas veces esta habilidad es fruto del interés, la curiosidad, la dedicación y la disposición hacia el idioma. En mi caso, es realmente así. 

Sin embargo, no debemos obviar la siguiente combinación de habilidades y factores que se requiere para aprender un idioma:

  • Habilidades lingüísticas: las habilidades lingüísticas son la capacidad de comprender y producir el lenguaje. Las conocidas cuatro habilidades: la comprensión auditiva (escuchar y entender lo que se dice en el idioma), la expresión oral (hablar el idioma con más o menos fluidez y precisión), la comprensión de lectura (leer y comprender el idioma escrito) y la expresión escrita (escribir en el idioma de manera efectiva).
  • Habilidades cognitivas: las habilidades cognitivas son la capacidad de procesar y retener información lingüística. Estas habilidades incluyen la memoria de trabajo (la capacidad de retener información a corto plazo y usarla en una tarea específica), la atención (la capacidad de concentrarse en la tarea de aprendizaje), la flexibilidad cognitiva (la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y contextos lingüísticos) y la metacognición (la capacidad de reflexionar sobre el proceso de aprendizaje y hacer ajustes según sea necesario). 
  • Habilidades sociales: las habilidades sociales son la capacidad de comunicarse e interactuar efectivamente en un entorno lingüístico. Estas habilidades incluyen la capacidad de establecer relaciones interpersonales, comprender y adaptarse a las normas culturales, así como comunicarse de manera efectiva en diferentes contextos sociales.
  • Motivación y actitud: la motivación y la actitud son factores importantes para el aprendizaje de idiomas. La motivación es la fuerza interna (a menudo por elementos externos, no por decisión propia) que impulsa a una persona a aprender el idioma, mientras que la actitud se refiere a la disposición mental hacia el idioma y la cultura asociada. Una actitud positiva y una alta motivación pueden aumentar significativamente la probabilidad de éxito en el aprendizaje de idiomas. Es importante tener en cuenta las diferentes motivaciones que hay cuando nos proponemos un objetivo de desempeño, de largo recorrido, como es aprender un idioma.
  • La edad: en efecto, la edad puede ser un factor importante en el aprendizaje de idiomas. Los niños tienden a aprender idiomas más fácilmente que los adultos debido a que su cerebro todavía está en desarrollo y es más flexible. Sin embargo, los adultos también podemos aprender idiomas con éxito si tenemos la mentalidad, la estrategia y la metodología adecuadas, además de la motivación y la oportunidad de practicar y usar el idioma regularmente. Te recomiendo que leas este artículo sobre las semejanzas y diferencias a la hora de aprender un idioma entre niños y adultos.

Tipos de inteligencia

Según el psicólogo Howard Gardner, creador de la teoría de las inteligencias múltiples en 1983, existen ocho tipos diferentes de inteligencia;

  1. Lingüística: la capacidad de leer, escribir, hablar y comprender el lenguaje.
  2. Lógico-matemática: se corresponde con el razonamiento lógico, la solución de problemas y las matemáticas.
  3. Visual  y espacial: la capacidad de visualizar objetos en tres dimensiones y comprender las relaciones espaciales entre ellos.
  4. Musical para comprender y crear música.
  5. Corporal-kinestésica: la capacidad de controlar los movimientos del cuerpo y manipular objetos.
  6. Interpersonal: la capacidad de comprender y comunicarse efectivamente con otras personas.
  7. Intrapersonal que nos permite comprender las emociones, motivaciones, fortalezas y debilidades propias.
  8. Naturalista: la capacidad de observar y comprender el mundo natural y los patrones que lo gobierna

De este modo, las personas con una fuerte inteligencia lingüística suelen ser hábiles en la lectura, la escritura, la conversación y la persuasión.

Las personas con una inteligencia lingüística bien desarrollada pueden comunicarse de manera efectiva en una variedad de situaciones, como en la presentación de discursos, debates y conversaciones. Pueden disfrutar de la lectura, la escritura, la poesía y otras formas de expresión verbal. También pueden tener una gran habilidad para recordar información verbal, como nombres, fechas y detalles históricos.

Así pues, la inteligencia lingüística es la habilidad de utilizar y comprender el lenguaje de manera efectiva, y puede ser una habilidad muy valiosa en muchas áreas de la vida, como en la comunicación, la educación y la literatura.

¿Implica necesariamente entonces que se tiene mayor facilidad para aprender y enseñar idiomas?

No.

No siempre es así.

Hay personas con gran capacidad de comunicación en su idioma nativo, pero que parecen perder dicha habilidad cuando entra en juego otro idioma. 

Como hemos visto, hay habilidades y factores a tener en cuenta. Es importante saber cómo trabajar cada uno de ellos para conseguir avanzar de forma positiva en el desempeño con un idioma extranjero.

Porque, muy a menudo, las habilidades están muy presentes cuando aprenden el propio idioma, o bien con un idioma pero con otro no, cuando estudian otros temas, cuando interactúan profesional y personalmente.

¿Qué sucede entonces?

La clave para aprender idiomas

Por una parte, es necesario desarrollar estrategias de aprendizaje efectivas y maximizar el potencial de cada persona  para el aprendizaje de idiomas, teniendo en cuenta sus características, objetivos, inquietudes, necesidades, recursos, entre otros.

Las soluciones enlatadas, como me decía esta semana una clienta, no funcionan fácilmente.

Entender también cómo trabajar la memoria para que los conocimientos que se van adquiriendo se consoliden y, sobre todo, sea un conocimiento activo, no pasivo. Es decir, que aparezca cuando lo necesitamos en una situación real.

Sin duda, la práctica y el uso regular del idioma son básicos para mejorar la capacidad para aprender y comunicarse en una lengua extranjera.

Algo tan obvio que se convierte, sin embargo, en toda una odisea porque nos olvidamos de trabajar algo: las emociones que se generan al vernos expuestos a un idioma extranjero, donde perdemos el control habitual que tenemos de la situación. Donde nos sentimos vulnerables.

Esto suele venir unido a pensamientos que nos clavamos una y otra vez dudando de nuestras capacidades como profesionales, de nuestra imagen ante los demás, de lo que van a pensar los compañeros de trabajo de nosotros al oírnos hablar en otro idioma, etc.

Falla la inteligencia emocional: las emociones, un correcto pensamiento y desarrollo emocional. 

De hecho, la teoría de las inteligencias múltiples incorporó cuatro tipos más de inteligencia: emocional, existencial, creativa y colaborativa. Nos centramos en la emocional, si bien las otras también son muy importantes, especialmente la creativa.

Entendemos por inteligencia emocional diferentes habilidades, innatas o aprendidas a lo largo de la vida, entre las que destacan la empatía, la motivación personal, el autocontrol, el entusiasmo y la gestión de las emociones.

Algo presente, de nuevo, en otras áreas de la vida de los clientes, pero que desaparecen al aprender y usar otro idioma, en especial el inglés.

Es digno de estudio ver cómo tantas personas con las que trabajo se permiten cometer errores en áreas que controlan perfectamente, en su propio idioma, pero no se permiten lo más mínimo en inglés, un idioma que no es el propio.

Digno de estudio y sumamente injusto con uno mismo. Y con el inglés, dicho sea de paso. Le exigimos muchísimo.

De ahí la importancia de trabajar la inteligencia emocional cuando estamos expuestos a un idioma extranjero para evitar llegar a frustración por falta de avance, a ansiedad lingüística, a bloqueos mentales.

Esto es, con demasiada frecuencia, lo que hace que creamos que se necesita un don especial para los idiomas.

Cuando realmente lo que se necesita es este ingrediente mágico: la inteligencia emocional.

Si este falta y lo unimos al desconocimiento común de cómo aprender un idioma y a una mala gestión de expectativas, las probabilidades de fracaso son muy elevadas.

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Si has respondido que sí, esto es para ti: Consultoría Idiomas Exprés 

Dime, ¿sigues creyendo que aprender idiomas depende de un don inalcanzable e innato?

¡Te leo en los comentarios!

Imagen cortesía de Pixabay

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Paloma Coach de idiomas

Soy Paloma García, coach de idiomas. Ayudo a profesionales como tú a alcanzar sus metas personales y profesionales a muy corto plazo, gracias a dar los pasos necesarios con los idiomas de une vez por todas.

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